Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

jueves, 24 de marzo de 2011

EL BOLÍGRAFO DE GEL VERDE de Eloy Moreno


El comienzo del libro nos habla de los recuerdos de la infancia del protagonista. Sus veranos con su amigo Toni, en el pueblo de uno y de otro. La importancia de esa amistad. Para él los recuerdos de los viejos tiempos son como un tesoro.
En esta primera parte conocemos algunos hechos que marcan su vida. Como cuando nos cuenta porqué a los 12 años se hizo adulto.
Para continuar a modo de diario de recuerdos relatándonos unos hechos que acontecieron en su vida hace seis años. Cuando había perdido el rumbo de su vida y, además, quería alejarse de su pasado.
Hacia los 40 años se da cuenta que su vida está estancada, que vive en 445 m², los metros de su casa, del trabajo, de la cafetería, etc., los únicos sitios donde día a día “vive”. Por falta de tiempo no puede disfrutar de su hijo, ni de su pareja, con quien la rutina está dejando huella. Necesita volver a vivir. Tiene un proyecto de cambio. Pero a veces las situaciones se complican.
Es una historia que según he ido avanzando en su lectura ha ido cogiendo más fuerza, más intensidad. Hasta que enganchadísima al relato la he devorado.
Aparte del personaje principal, que me ha transmitido muchísimo por su actitud ante la vida y la decisión tan clara que tiene de cambiar porque se siente muerto y quiere volver a vivir, y el valor que demuestra al hacerlo. Hasta el más pequeño personaje, como pueda ser Pippi o el hombre del pelo cano, me han llenado mucho. Al igual que muchas de las frases que he ido marcando según iba leyendo. También destaco lo bien que refleja el autor lo injustos que podemos ser, a veces, al catalogar a una persona por su comportamiento, cuando en realidad no la conocemos, y nos podemos sorprender como en el caso del personaje de Estrella.
Me he sentido identificada en muchos momentos, así como he visto reflejadas a otras personas de mi entorno, por tanto, he sentido como muy real toda la narración. Y muy actual.
Este libro es una estupenda reflexión sobre nuestra propia vida, sobre todo, cuando la hemos ( o se ha) convertido en rutina, cuando no somos capaces de tener tiempo para nosotros mismos, cuando día a día repetimos los mismos actos y sin darnos cuenta ya no disfrutamos de la vida, cuando nos olvidamos de lo importante que son las pequeñas cosas, cuando somos incapaces de valorar lo que tenemos, cuando nos sentimos vacíos.
Me pregunto a mi misma y hago extensivo a los demás dos preguntas que aparecen en el libro:


¿Te gustaría cambiar de vida?
¿Eres feliz?


Una novela que recomiendo porque entretiene, es reflexiva y ayuda a ver la vida de otra manera.

Algunas frases del libro:
“Una rutina más dentro de nuestras vidas, o una vida más dentro de nuestras rutinas. Llegaron los días en que no supe, o no quise, o realmente no pude, apreciar la diferencia. Llegaron los días en que me vi incapaz de distinguir la frontera entre casa y hogar, entre vida y existencia, entre amor y amistad; y esto último, sin duda, fue lo más doloroso. Llegó un momento en el que el futuro y pasado dejaron de ser distinguibles: mañana fue igual que ayer, ayer será igual que mañana.”

“Y pienso ahora –desde un tren sin paradas, porque así lo he querido, porque tenía miedo a bajarme en la primera y volver—qué clase de sociedad permite que un padre vea a su hijo sólo veinticinco minutos por la mañana y otros tantos por la noche. Qué clase de sociedad, permite que un niño de dos años se levante a las siete para, diariamente, mudarse a otra casa.”

“Con chaqueta, corbata y camisa, apoyé mi cabeza sobre la mesa. Y allí cerré los ojos para permitirme treinta segundos de soledad, de pensamientos sin sentido, en el interior de una vida que tampoco tenía.”

“Hace años que tuvimos que contratar a alguien que hiciera lo que nosotros no podíamos. Nos ha faltado siempre tiempo. Nos ha faltado tiempo porque hemos tenido que trabajar demasiado. Hemos tenido que trabajar tanto porque, hoy en día, para todo se necesita dinero. Dinero para mantener a un niño al que apenas veíamos; dinero para contratar a una persona que nos limpiara la casa en la que apenas estábamos; dinero para vivir una vida que no hemos disfrutado. Todo tan circular, todo tan ridículo.”

“Comencé allí a confeccionar un plan para cambiar nuestras vidas. No pensé, en aquel momento, en decirle nada a Rebe, sería una sorpresa. Una sorpresa que implicaba demasiadas cosas: cambiar de casa, de lugar, de trabajo, en definitiva, de vida. En definitiva, comenzar a vivir.”

“Lo que puede cambiar la vida si en un determinado momento se toma una decisión.”

“Día tras día, la existencia se fue convirtiendo en un mero trámite, salpicado de pequeñas alegrías cada vez más pequeñas, cada vez menos alegres.”

“Creo, ahora, que este boli no ha sido más que una excusa para llenar de algo una vida vacía.”

“Hay días, y son la mayoría, en que viajo de las cuatro paredes de mi casa a las cuatro paredes del trabajo y, de nuevo, a las cuatro paredes de mi casa. ¿Y sabes quién me espera? Nadie. Eso es la auténtica soledad. Estar solo porque se quiere estar solo, nunca es soledad. Soledad es estar solo sin quererlo.”

“Hay relaciones especiales con personas y también hay relaciones con personas especiales. No hay diferencias, ambas te dejan huella, ambas te dejan un recuerdo para toda la vida. Y en cambio otras, normalmente las más cotidianas, las más reincidentes, se quedan allí abajo, en el poso de los recuerdos.”

“Aprendí tantas cosas en aquel sofá, aquella noche... Aprendí que la mente es capaz de crear historias sólo creíbles para uno mismo; que los celos son capaces de empañar cualquier verdad, de encumbrar cualquier mentira; que en los malos momentos raramente se acude a la razón, al diálogo mutuo, a la franqueza... se acude, en cambio, a las sospechas, a la desconfianza, a los recelos de una verdad que debe serlo sólo por el hecho de haber nacido nuestra. Aprendí la fortaleza del odio cuando acecha la duda, la resistencia de la desconfianza cuando el amor ya no es como era, la confusión de pensamientos cuando las cosas dejan de funcionar...”

Contracubierta o parte de la misma:
Superficies de vida
Casa: 89 m²
Ascensor: 3 m²
Garaje: 8 m²
Empresa: la sala, unos 80 m²
Restaurante: 50 m²
Cafetería: 30 m²
Casa de los padres de Rebe: 90 m²
Casa de mis padres: 95 m²
Total: 445 m²

¿Puede alguien vivir en 445 m² durante el resto de su vida?
Seguramente sí, seguramente usted conoce a mucha gente así. Personas que se desplazan por una celda sin estar presas; que se levantan cada día sabiendo que todo va a ser igual que ayer, igual que mañana; personas que a pesar de estar vivas se sienten muertas.
Ésta es la historia de un hombre que fue capaz de hacer realidad lo que cada noche imaginaba bajo las sábanas: empezarlo todo de nuevo. Lo hizo, pero pagó un precio demasiado alto.
Pero si de verdad usted quiere saber cuál es el argumento de esta novela, mire su muñeca izquierda; ahí está todo.
Esta novela no ha sido galardonada con ningún premio literario; ni siquiera uno desconocido.


diseño de cubierta: más!gráfica

jueves, 10 de marzo de 2011

SÁKARA de Ana Díaz Barge


Este libro es una mezcla de novela fantástica y aventuras. Los protagonistas son cuatro adolescentes de 14 años, Ari, Aldo, Silvana y Elene, dos chicos y dos chicas, que con esta edad tan temprana tienen que coger las riendas de sus vidas y enfrentarse al exterior.
Son diferentes al resto del mundo, y sólo por eso les van a perseguir. No se puede evitar porque esa diferencia asusta a la gente, y lo que da miedo provoca reacciones irracionales.
Se han conocido en Sákara, fortaleza dirigida por Diagor, donde viven niños y niñas entre los 7 y los 14 años para protegerlos del mundo exterior.
Sákara es como una muralla que divide dos mundos: el Norte que es la civilización y la riqueza; el Sur que es el mundo virgen, salvaje y la pobreza.
En realidad Sákara reside en un punto de unión entre el pasado y el presente que comunica ambos mundos y hace posible verlos simultáneamente. Las puertas de esta fortaleza son sabias, son puertas del tiempo.
Las aventuras que viven este grupo de amigos y el misterio que envuelve su pasado lo narra la autora en tercera persona, intercalando capítulos en primera persona de cada uno de los personajes, pudiendo de esta manera conocerlos en profundidad.
Una novela juvenil, entretenida pero predecible en algunos aspectos, aunque al final vuelve a jugar con el tiempo y es sorprendente.

Sin hacer comparaciones pero según iba leyendo recordaba los libros de “Los cinco” de Enyd Blyton
. En esta historia también son muchachos intrépidos y audaces, que se enfrentan a todo sin problemas. A punto de entrar en la edad adulta a veces tienen comportamientos que te hacen olvidar su edad real. Y donde la amistad está por encima de todo.

Algunas frases del libro:

“La gente malvada seguía existiendo y los pobres seguían muriéndose de hambre mientras los ricos nadaban en la abundancia.”

“Cada instante puede ser eterno si tu lo deseas.”

“¿Os habéis fijado alguna vez en cómo se forma una sombra? ¿En la riqueza de movimientos que tiene; en la belleza de sus contornos?”

“Cada persona afronta las despedidas de muy diferente manera y no por ello, necesariamente, con menos dolor.”

Contracubierta o parte de la misma:
Sákara, la Muralla de las Sombras, es una fortaleza fuera del tiempo, un punto de unión entre el pasado y el presente. Desde sus almenas se vislumbran dos mundos contrapuestos: Norte y Sur, que son el mismo lugar pero en diferentes dimensiones temporales.
Tras sus muros acoge a jóvenes extraordinarios cuya naturaleza no es aceptada en su mundo. Sákara les ofrece refugio, pero sólo hasta los catorce años, edad en que han de partir y enfrentarse a la realidad exterior.
Ahora es el turno de Ari, Aldo, Silvana y una chica recién llegada, Elene. Han de abandonar la fortaleza y encarar el misterio de su existencia, descubrir por qué no son “normales” para los demás y asumir su destino.

Aquí puedes entrar en el blog de la autora, para quien “Sákara” es su primera novela.

Gracias a Ediciones B por el envío de este libro.


miércoles, 2 de marzo de 2011

LOS GIRASOLES CIEGOS de Alberto Méndez


Cuatro relatos, cuatro historias de la posguerra española.

Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir.Es la historia del capitán Carlos Alegría que se rinde al ejército republicano. Le consideran desertor pero él insiste en que es un rendido.
Quería abandonar el ejército que iba a ganar la guerra, y se rinde a unos vencidos, porque no quería formar parte de la victoria.
Nadie le creyó entre los republicanos y nadie le protegió cuando las tropas de Franco entraron en Madrid.

Alguna frase de este relato:

“Comenzó a caminar monte arriba en dirección a Somosierra. Esas montañas surgen allí para partir España en dos mitades y ahora se nos antoja que el esfuerzo brutal de atravesarlas fue otra forma de ignorar lo que separa, de querer estar siempre en los dos lados.”

Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido.Una historia muy triste. Un joven poeta camino de la libertad vive una experiencia que le hará madurar rápidamente. Escribe sus sentimientos en una libreta apurando el lápiz hasta el último suspiro.

Alguna frase de este relato:

“Pero morir no es contagioso. La derrota sí. Y me siento transmisor de esa epidemia. Allá adonde yo vaya olerá a derrota. Y de derrota ha muerto Elena y de derrota morirá mi hijo al que todavía no he podido poner nombre. Yo he perdido una guerra y Elena, a la que nadie jamás hubiera pensado en considerar un enemigo, ha muerto derrotada. Mi hijo, nuestro hijo, que ni
siquiera sabe que fue concebido en el fulgor del miedo, morirá enfermo de derrota.”


Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos.Es la historia de Juan Senra que estando preso en la cárcel y teniendo en su mano la posibilidad de eludir la pena de muerte, opta por la verdad, aunque signifique la muerte.
En este relato aparece Carlos Alegría, el personaje del primero.

Alguna frase de este relato:

“Ahora, ya en la cárcel, sabía que todo lo ocurrido se llamaba guerra y que él, a pesar de su habilidad para escabullirse por los aleros de las casas, de su agilidad para saltar de tejado en tejado, de su satisfacción cada vez que disparaba a un contrincante, ahora, había aprendido que aquello era una derrota.”

Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos.
Es una historia contada a tres voces. Se intercala el relato de un diácono que escribe una carta a su superior, con el texto en primera persona del niño cuando ya es adulto y el relato del narrador.
Nos cuenta las vicisitudes que tiene que pasar una familia que mantiene al padre escondido en la casa para que no lo detengan.
Esta familia tiene relación con los personajes del segundo relato.

Algunas frases de este relato:

“Ahora ya puedo hablar de todo aquello, aunque me cuesta recordar, no porque la memoria se haya diluido, sino por la náusea que me produce mi niñez. Recuerdo aquellos años como una inmensidad vivida en un espejo, como algo que tuve la desdicha de sufrir y observar al mismo tiempo.”
“De todos los recuerdos, el que por encima prevalece es que yo tenía un padre escondido en un armario.”
“Que alguien quiera matarme no por lo que hecho, sino por lo que pienso... y, lo que es peor, si quiero pensar lo que pienso, tendré que desear que mueran otros por lo que piensan ellos. Yo no quiero que nuestros hijos tengan que matar o morir por lo que piensan.”

Los cuatro relatos están cargados de dolor y sentimientos, son historias que nos recuerdan una época no tan lejana y que la memoria no debe olvidar. Una realidad que el miedo ha callado durante mucho tiempo y que en este libro Alberto Méndez, con un lenguaje claro, nos hace partícipes.
Me quedo con el segundo y el cuarto, aunque el tercero y el primero tampoco los olvidaré, todos dejan huella. Destacaría la sensación de derrota de los personajes y la tristeza que transmiten.
Un libro duro pero necesario para que reflexionemos sobre la guerra y sus consecuencias.

Contracubierta o parte de la misma:

Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera que sabías.
Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.
Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un niño poeta que huye asustado con su compañera niña embarazada y vive una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre purificadora del vencido.Todo lo que se narra en este libro es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto, porque la certidumbre necesita aquiescencia y la aquiescencia necesita la estadística. Fueron tantos los horrores que, al final, todos los miedos, todos los sufrimientos, todos los dramas, sólo tienen en común una cosa: los muertos. Pero los muertos de nuestra posguerra ya están resueltos en cifras oficiales, aunque ya es hora de que empecemos a recordar lo que sabemos. Éste es el primer ajuste de cuentas de Alberto Méndez con su memoria y lo hace emboscado en un flagrante intento de hacerlo desde la literatura.